Una valoración audiológica pediátrica es un conjunto de pruebas y procedimientos diseñados para evaluar la audición en niños, desde recién nacidos hasta la adolescencia. Su objetivo es detectar posibles problemas de audición, identificar su causa y determinar su impacto en el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Es fundamental para diagnosticar tempranamente cualquier pérdida auditiva y ofrecer tratamiento o intervenciones adecuadas.
Elementos de una valoración audiológica pediátrica:
- Historia clínica:
- Antecedentes familiares de pérdida auditiva.
- Complicaciones durante el embarazo o el parto.
- Enfermedades o infecciones recurrentes (como otitis).
- Retrasos en el desarrollo del lenguaje o dificultades escolares.
- Pruebas objetivas:
- Emisiones otoacústicas (EOA): Evalúan el funcionamiento de la cóclea, específicamente de las células ciliadas externas.
- Potenciales evocados auditivos (PEA): Registran la actividad eléctrica del nervio auditivo y las vías auditivas en respuesta a estímulos sonoros.
- Timpanometría: Mide la movilidad del tímpano y detecta posibles problemas en el oído medio, como infecciones o acumulación de líquido.
- Pruebas subjetivas (según la edad):
- Audiometría conductual: Observa las respuestas del niño a sonidos presentados mediante auriculares o altavoces.
- Condicionamiento visual o lúdico: Se utilizan luces o juguetes para recompensar las respuestas a estímulos sonoros (usado en niños pequeños).
- Audiometría por juego: A través de actividades lúdicas, los niños realizan tareas específicas al percibir sonidos.
- Evaluación del desarrollo del lenguaje:
- Determina si la audición afecta la adquisición y desarrollo del lenguaje.
¿Cuándo se recomienda?
- En recién nacidos como parte del tamiz auditivo neonatal.
- En niños con factores de riesgo (prematurez, infecciones congénitas, síndromes genéticos).
- Si se sospecha pérdida auditiva (retraso en el habla, falta de respuesta a sonidos, dificultades escolares).
Esta valoración es esencial para el tratamiento oportuno, que puede incluir el uso de audífonos, implantes cocleares o terapias auditivo-verbales, dependiendo de la naturaleza del problema auditivo.