El tamiz auditivo neonatal es una prueba específica que se realiza a los recién nacidos para detectar de manera temprana posibles problemas de audición. Es una parte esencial de los programas de salud neonatal, ya que identifica a los bebés con riesgo de pérdida auditiva congénita, permitiendo una intervención oportuna que favorezca su desarrollo lingüístico, cognitivo y social.
Características principales:
- Objetivo: Detectar pérdidas auditivas desde el nacimiento para prevenir retrasos en el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
- Cuándo se realiza: Idealmente, se lleva a cabo antes de que el bebé cumpla un mes de vida. Lo más frecuente es realizarlo en los primeros días, antes de salir del hospital.
- Procedimiento:
- Es una prueba rápida, no invasiva y sin dolor.
- Se utilizan dispositivos que miden la respuesta del oído a estímulos sonoros.
- Métodos comunes:
- Emisiones Otoacústicas Evocadas (EOAE): Evalúan si el oído interno (cóclea) responde adecuadamente al sonido.
- Potenciales Evocados Auditivos del Tronco Cerebral (PEATC): Analizan la actividad eléctrica del nervio auditivo y el tronco encefálico en respuesta a estímulos sonoros.
- Resultados:
- «Pasa»: Indica que no se detectaron problemas evidentes.
- «No pasa»: No necesariamente significa pérdida auditiva, pero se recomienda realizar estudios adicionales.
Importancia:
- Identifica problemas auditivos que pueden no ser visibles o evidentes al nacimiento.
- Permite iniciar tratamiento, como el uso de auxiliares auditivos o implantes cocleares, y programas de rehabilitación temprana.
Impacto:
La intervención temprana, idealmente antes de los 6 meses, es clave para asegurar un desarrollo adecuado del lenguaje y mejorar la calidad de vida del niño. Por eso, el tamiz auditivo neonatal es una estrategia esencial en la atención pediátrica.